Los derechos de las personas mayores

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Muy a menudo, más de lo que uno se imagina, se tiende a dejar de lado a las personas mayores alegando que, debido a la edad y a las limitaciones que se van aconteciendo con los años, ya no están preparadas para ciertas cosas. Esta situación, tan injusta, empuja a muchos ancianos a una situación de indefensión y desprotección ante la discriminación de la vejez. Viendo vulnerados sus derechos, los derechos de las personas mayores.

¿Qué es la discriminación de la vejez?

Es la situación que sufren cada vez más personas en las sociedades occidentales, sociedades marcadamente envejecidas (por ejemplo, actualmente casi un 20% de la población en España tiene más de 65 años). Personas mayores que, simplemente, por tener la edad que tienen ya son etiquetadas como “inútiles” o “no productivas” y se les aparta del ciclo social/económico. Excluidos de muchos apartados del día a día de una sociedad moderna, empujándolos al olvido.

Ser una persona mayor no tiene que ser visto como una condena. Al contrario, tiene que ser una oportunidad. Una oportunidad de nutrirse de la experiencia y añadir valor a cualquier actividad que se desempeñe.

Derechos de las personas mayores

La vulnerabilidad física viene acompañada, con frecuencia, de la vulnerabilidad de los derechos de las personas mayores. Personas que, a pesar de poder tener una situación de dependencia, siguen siendo seres humanos y como tal deben ser tratados. Sin exclusiones por razones de edad o de condición. Por lo que, ver garantizados ciertos derechos fundamentales, se presenta como algo que, lastimosamente, conviene recordar.

Y no es algo meramente circunstancial, la Constitución Española, en el artículo 50, ya recalca la importancia de garantizar una vejez digna a las personas mayores: “Los poderes públicos garantizarán, mediante pensiones adecuadas y periódicamente actualizadas, la suficiencia económica a los ciudadanos durante la tercera edad.” Y también plasma que se deberá promover su bienestar a través de las herramientas públicas para garantizar una correcta atención en salud, viviendo, ocio y cultura.

Objetivos de presente y futuro

A pesar de todo esto, la tercera edad sigue siendo un segmento de la población en clara situación de vulnerabilidad, con un riesgo alarmante de padecer exclusión social. Por lo que marcar los objetivos, dentro de los derechos de las personas mayores, que como sociedad se deben impulsar, es algo conveniente:

  • Garantizar los derechos humanos a toda la población mayor.
  • Envejecer con todas las garantías, evitando el riesgo de pobreza.
  • Participar en la vida social, económica y política de la sociedad.
  • Erradicar la violencia hacía las personas mayores.

¿Cómo garantizar una vejez plena?

Garantizar la vejez a través de un envejecimiento digno es algo que conlleva diversas soluciones y alternativas. Entra las que destaca, como una parte clave, una atención acorde con las necesidades de la población anciana. Tener limitaciones físicas, o un cierto grado de dependencia, no supone que esa persona deba quedar invalidada. Supone que deben buscarse métodos para tratar de sobreponerse a estas barreras, impulsando su bienestar. Dentro de las alternativas, la más eficiente es recurrir a una cuidadora de personas mayores a domicilio. Profesional sociosantiraria que logrará ser el complemento perfecto para impulsar la salud y bienestar del adulto mayor. Realizando las tareas que sean necesarias y, sobre todo, haciendo compañía. Algo vital para garantizar los derechos de las personas mayores y no caer en el olvido.

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