Son muchos los estudios que afirman que tener nietos beneficia la salud física, mental y emocional de los abuelos. En la actualidad hay más abuelos que nunca, y además, por lo general, son más mayores que en generaciones anteriores. Cuando la edad es uno de los principales factores de riesgo para padecer Alzheimer o demencia, cada vez más nietos tendrán abuelos viviendo con una pérdida de memoria.
La demencia puede cambiar profundamente las relaciones familiares, incluyendo la conexión que existe entre abuelos y nietos. Saturados con el cuidado de los mayores, algunos padres olvidan cómo sus hijos pueden sentirse afectados por la demencia de los abuelos.
Fortalecer los lazos entre abuelos y nietos
Ahora que la mayoría de familias ya han vuelto a la rutina tras las vacaciones de verano, y los más pequeños han iniciado sus clases escolares, vuelve también la búsqueda de qué hacer con el cuidado de los abuelos durante los próximos meses. Es el momento también de recuperar el tiempo perdido por las medidas restrictivas durante la pandemia por Covid 19, por el riesgo de contagio entre los más mayores.
La pandemia ha alejado a muchas personas de sus seres queridos. Para las personas mayores, esto ha supuesto perderse muchas oportunidades de celebración, así como muchos abrazos y besos con sus familias y nietos. Con las vacunas, muchos mayores están comenzando a ver la luz y empiezan a ver de nuevo con ilusión las visitas de los más jóvenes de la familia.
Poco a poco, los más pequeños vuelven a visitar a sus abuelos como antes. Fortaleciendo unos lazos que benefician tanto a niños como a los más mayores. Pues el deseo de estar presente a medida que los nietos crecen, motiva a los abuelos a mantenerse activos y a cuidarse, además de mantenerse al día de los temas que interesan a los más pequeños.
Ser transparentes con los niños es la mejor decisión
En muchas ocasiones, los padres pueden sentirse inseguros sobre cómo abordar la enfermedad de los mayores con los nietos, pero el silencio es sin duda la peor estrategia. Pues sin información, los niños pueden sentirse más asustados y emocionalmente afectados por los cambios que observarán en el comportamiento y la memoria de sus queridos abuelos.
Las recomendaciones de las instituciones especializadas en la tercera edad sugieren que los padres hablen abiertamente con sus hijos, utilizando afirmaciones como “la abuela tiene una enfermedad que le hace difícil recordar cosas”. Reconfortar a los niños y ayudarles a conocer los sentimientos de tristeza e ira es normal.
Las familias también pueden favorecer actividades que la persona mayor con Alzheimer y los nietos pueden hacer juntos. Como por ejemplo, manualidades y artesanía, cantar o escuchar música, ver un album de fotos, etc. Las asociaciones de Alzheimer suelen ofrecer recursos para ayudar a los niños con abuelos que padecen demencia.
La educación sobre demencia empieza con los más pequeños
Brindar a los niños información y apoyo cuando uno de sus abuelos padece demencia o Alzheimer puede ayudarles a entender mejor esta condición. Muchos crecen apoyando las necesidades de muchas personas con demencia, y ayudan a luchar contra el estigma asociado a esta enfermedad. Para los más pequeños, familiarizarse con la enfermedad les ayuda a comprenderla mejor.
Para muchos expertos, la clave para un mundo mejor para las personas con demencia es comenzar a educar en materia de enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer o la demencia a edades más tempranas. Los investigadores sugieren que las mentes y creencias de los niños son más maleables cuando son pequeños, y están más abiertos a aprender nuevas ideas. Por lo que es entonces el mejor momento para educarlos sobre algunos temas, como puede ser el Alzheimer o la demencia.
Socializar es clave para los mayores con demencia
Mientras que la alimentación y el ejercicio tienen un papel fundamental en asegurar un envejecimiento saludable, también lo tiene la interacción social. Interactuar con los demás y participar en la sociedad ha demostrado clínicamente que mantiene el cerebro activo, además de mejorar el humor. Las investigaciones continúan mostrando que para nuestros mayores, participar en actos sociales lleva a una mejor salud física y reduce el riesgo de degeneración cognitiva.
Los especialistas en envejecimiento coinciden en que la actividad social puede ayudar a los mayores a mejorar su salud mental a la vez que mejoran su memoria. Mantenerse socialmente activo también puede reducir la depresión y crear una mejor calidad de vida en general.
El amor de los nietos es la mejor terapia para los abuelos
Cuando hablamos de ciertas prácticas o hábitos que benefician las vidas diarias de las personas con demencia, a menudo nos damos cuenta de que ya estamos practicando alguno de estos tratamientos.
Lo encontramos cuando ponemos música a personas con demencia, que tiene el poder de traer recuerdos olvidados del pasado (musicoterapia). Cuando sonreímos a las personas con demencia, nuestro cuerpo y expresión facial pueden reconfortarlos junto a nuestras palabras cariñosas. Vivir con mascotas (terapia animal) o practicar algún tipo de arte o manualidad de una manera significativa puede ser también terapéutico para personas con demencia.
También sabemos que permanecer social, mental y físicamente activos es esencial para un envejecimiento saludable y activo. Pasar tiempo con los nietos puede ser una gran herramienta para mantener una buena salud cognitiva y social, además de ayudar a fortalecer lazos con otra generación.
Consejos para mejorar la relación con un mayor con demencia
Como ocurre con muchas familias, la demencia o el Alzheimer puede complicar la relación entre nietos y abuelos pero es posible sobrellevarlo con algunos consejos a la hora de interactuar con un familiar mayor con esta condición.
- La demencia es más que la pérdida de memoria. En ocasiones está más relacionado con un cambio en el comportamiento más que en una pérdida de memoria. Lo cual puede resultar algo molesto o desconcertante porque suelen actuar de manera distinta a la habitual.
- Aprende y adáptate sobre la marcha. Poco a poco se aprende a evitar ciertas preguntas que sabemos que nuestros mayores no sabrán responder, así como a cambiar rápidamente el tema de conversación y distraerlos de temas que les pueden afectar o incomodar.
- Los pequeños detalles ayudan. A menudo ayuda mucho describir las cosas con palabras o frases para ayudarles a recordar mejor que si decimos el nombre de un lugar. Por ejemplo, recordar un restaurante como “el lugar donde solemos ir a comer en verano que tiene un pequeño jardín en la entrada” en lugar de decir el nombre del restaurante, les ayudará mucho más a recordarlo y mejorará la comunicación con ellos.
- Quítale importancia. Cuando no puedan recordar un nombre o algo que ocurrió en el pasado, lo más aconsejable es actuar como si cualquier pudiera olvidarlo y que no es grave.