En los últimos meses todos hemos experimentado un confinamiento más o menos severo, dependiendo de si podíamos salir o no a trabajar. Sin embargo, muchas personas mayores que no cuentan con ayuda en su domicilio suelen vivir aisladas de la sociedad buena parte del tiempo. Es cierto que durante el estado de alarma su soledad fue aún mayor, pero de la mano de la llamada nueva normalidad tienen que llegar muchos cambios para mejorar la situación de los mayores. Por eso, es muy importante tener en cuenta las recomendaciones que veremos a lo largo de este artículo. Además, al final de estas líneas descubrirás la importancia del trabajo que realizan a diario las cuidadoras de asistencia domiciliaria.
¿Por qué necesitan los ancianos que la nueva normalidad sea diferente?
El foco durante todo el estado de alarma ha estado puesto en las residencias de ancianos. Es innegable que en ellas se han producido miles y miles de muertes a causa del coronavirus. Pero también muchas personas mayores se han tenido que enfrentar a la enfermedad en sus propios hogares, perdiendo la vida un buen número de ellos.
Por supuesto, los mayores que convivían con sus familias han estado más protegidos, como también lo han estado quienes han tenido el cuidado de la ayuda a domicilio. El papel de las cuidadoras ha sido clave durante esas semanas tan duras y en ocasiones han sido el único contacto que han tenido los mayores con otras personas.
Por desgracia, la pandemia no ha terminado ni mucho menos. Por eso, los ancianos se enfrentan al miedo a un futuro incierto y también a las secuelas que ha dejado el hecho de haber estado tantas semanas confinados, como verás en el próximo apartado.
¿Qué efectos ha provocado el confinamiento en la población mayor?
Como decíamos, el confinamiento ha dejado diferentes secuelas en la población mayor, estas son las principales:
- Un envejecimiento físico y cognitivo más marcado.
- Temor a relacionarse con otros.
- Un concepto de la vejez más negativo.
- Miedo a las enfermedades.
- Complicaciones en sus patologías previas.
- Desequilibrios a nivel emocional.
- Pérdida de tono muscular.
Para que todas estas circunstancias no empeoren y para tratar de mejorar las condiciones de las personas mayores en la nueva normalidad, la ayuda a domicilio será imprescindible, como verás a continuación.
¿Cómo resultará clave la ayuda a domicilio en la nueva normalidad?
La ayuda a domicilio ha sido clave para los ancianos que han disfrutado de ella. Ha servido para cubrir las necesidades que han ido surgiendo tanto durante el estado de alarma y también ahora en la nueva normalidad. Este tiempo que acaba de empezar se vislumbra largo y con muchas dudas, pero los profesionales del sector deben tener claro que su labor resultará una vez más esencial.
Todo lo aprendido durante estos últimos meses servirá para tomar las medidas que sean necesarias para garantizar que el futuro de las personas mayores sea lo más esperanzador posible. En la actualidad parece que empieza a existir un cierto consenso a la hora de establecer una serie de recomendaciones para ancianos en la nueva normalidad, que serán claves para afrontar un presente y un futuro lleno de duda, son estas:
- Vida familiar y social. Es muy importante cuidar que el contacto familiar y social sea reducido. Resulta adecuado contar con un entorno cercano y limitado para minimizar el riesgo de contagio y localizar posibles positivos. Lo mejor es que el anciano se rodee siempre de las mismas personas y que no esté solo.
- Medidas de seguridad. Hasta que se encuentre un tratamiento realmente efectivo y sobre todo hasta la llegada de la vacuna, protegerse en la mejor opción. Hay que ser muy riguroso con el uso de mascarillas, con el lavado de manos y también mantener la distancia social. De momento, la prevención es la única alternativa.
- Salir a la calle. A pesar del miedo, es importante que el anciano vaya retomando poco a poco la costumbre de salir al exterior. Por supuesto, evitar el contagio siempre es una prioridad, pero también necesita ese contacto con la vida real y todos los beneficios que conlleva.
- Buenas costumbres. Siguiendo la línea de puntos anteriores y mientras sea posible, es bueno que el anciano mantenga un cierto contacto social. Todos los días debería pasear y sería bueno que pudiera ver a sus amigos de forma segura, mejor en espacios abiertos. También el cuidador puede ser un medio para facilitar el contacto diario con los familiares de forma presencial y utilizando las nuevas tecnologías.
- Cuidados físicos. Es vital que el anciano tenga una buena rutina diaria en cuanto a alimentación, higiene y descanso. De esta forma, estará más saludable y se sentirá mejor.
- Cuidadores. Los cuidadores son conscientes de su papel y también cuidarán al máximo su propia salud para proteger a los ancianos. Además, tienen la oportunidad de transmitir a las familias lo importante que resulta tomar todas las precauciones que sean posibles a la hora de estar con su ser querido.
- Controlar el pánico. De momento el miedo al contagio seguirá estando, pero hay que controlar que no se convierta en pánico. Es decir, que no impida al anciano llevar una vida de calidad. Cuidar su salud emocional repercutirá positivamente a nivel físico.
Si a todos nos está costando la nueva normalidad, a los ancianos todavía más. Son los que han sufrido en mayor medida la pandemia y a los que todos señalan como población de riesgo. Pero con todos estos consejos que hemos visto y con el cariño de las cuidadoras de ayuda a domicilio todo será más fácil.