Las personas mayores un año después de la pandemia

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Después de superar un año del comienzo de la pandemia por Covid-19, de confinamiento general y de todas las restricciones que vinieron con él, parece que la situación todavía no llega a su fin. Las etapas iniciales de la pandemia y los confinamientos fueron duros para todos nosotros, de una u otra manera. Aislamiento, los ERTE y la inestabilidad laboral, el cuidado de los hijos, y otros muchos retos afectaron al bienestar emocional de muchas personas en todo el mundo. Todas estas medidas y normas de seguridad han generado una sensación de incertidumbre y desesperanza en la población general y especialmente en las personas mayores.

Las personas mayores, las más vulnerables

Un estudio de la Universidad de Harvard de 2020 puso de manifiesto que el 95% de las muertes producidas en EEUU por el Covid-19 fueron personas de 50 años o más. En España este dato no es mucho mejor, pues el número de víctimas mortales en residencias ha alcanzado casi las 30.000 personas. Unos datos que mantienen a este colectivo social entre el más vulnerable por la pandemia, arrastrando un cansancio psicológico permanente.

Por otro lado, un nuevo estudio concluyó que algunas personas mayores están sobrellevando relativamente bien la pandemia, no obstante, para una importante parte de adultos mayores se les está haciendo especialmente duro. Aquellas personas con condiciones de salud crónicas eran más las más propensas a reportar que se trata de una etapa muy dura para ellos.

El estudio muestra que muchas personas mayores están sufriendo niveles de ansiedad alarmantes y en algunos casos incluso siguen en aumento. En parte debido a su conocimiento de ser parte de un grupo en un riesgo importante por el virus, un enemigo mortal invisible. Incluso durante el pasado verano, cuando las restricciones fueron más suaves, muchas personas mayores tenían miedo de salir a la calle.

Tantos meses de estar confinados en casa los ha llevado a una grave debilidad muscular, pérdida de condición física, e incluso a reducir su sentido del equilibrio, aumentando el riesgo de caídas. La investigación también ha encontrado evidencias de un nuevo y emergente declive cognitivo. En algunos casos esto podría haber ocurrido igualmente, como consecuencia del propio proceso de envejecimiento, pero muchas familias temían que pudiera haberse acelerado por las difíciles condiciones de aislamiento en las que estaban viviendo sus seres queridos por la pandemia.

El estudio también detectó muchos casos de depresión, pérdida de esperanza, humor bajo, falta de apoyo en la preparación de sus comidas, deterioro de la salud física y un aumento del dolor debido a ciertas patologías que no habían sido tratadas debidamente. Todo esto ha impactado en el apetito y la alimentación de muchas personas mayores, lo cual ha mermado aún más su capacidad de resiliencia.

Otro signo del estado de depresión en el que se ha sumido una parte de este colectivo es su incapacidad de obtener placer con actividades que antes disfrutaban. Además del hecho de tener menos energía y entusiasmo para cuidarse a ellos mismos o sus hogares, al nivel al que solían hacerlo.

Las personas mayores que ya padecían patologías previas fueron las más afectadas por la pandemia, y las más predispuestas a sufrir ansiedad a raíz del confinamiento que las que no sufrían condiciones de antemano.

Ver a sus familiares mayores deteriorarse durante la pandemia ha causado mucha angustia en las familias. Temían que lo que habían perdido no pudieran volver a recuperarlo.

La preocupación de nuestros mayores es más alarmante de lo que parece

Teniendo en cuenta estos descubrimientos no es sorprendente que un número significativo de personas mayores que tomaron parte del estudio reportaran que se sentían muy preocupadas por cómo afrontarían el invierno. Y a largo plazo, temían que su vida podría no volver a la normalidad o, si lo hacían, sería demasiado tarde para ellos, especialmente si ya estaban sufriendo alguna enfermedad crónica.

En respuesta a una encuesta sobre cómo su salud y cómo se sentían habían cambiado desde el inicio de la pandemia, indicaron que:

  • 1 de cada 3 encuestados (34%) se sentían con más ansiedad desde el inicio de la pandemia
  • 1 de cada 3 encuestados (36%) coincidían en que se sentían menos motivados a hacer las cosas que disfrutaban
  • 1 de cada 5 (20%) tienen más dificultad para recordar cosas
  • 1 de cada 5 (19%) tienen menos estabilidad al estar de pie
  • 2 de cada 3 (64%) se sentían menos seguros al utilizar el transporte público
  • 2 de cada 5 (43%) se sentía menos seguro saliendo a comprar
  • 1 de cada 4 (26%) se sentía menos seguro pasando tiempo con su familia

Esta pandemia ha acelerado el proceso de envejecimiento de millones de personas mayores. Ayudarlas a sobrellevar esta situación requiere de un esfuerzo colectivo, especialmente para aquellas personas que viven solas y no cuentan con el apoyo suficiente por parte de familiares y amigos.

Consejos para sobrellevar la pandemia en personas mayores:

Mantenerse activo y comer bien. Intentar no estar más de una hora sentado, y levantarse aunque sea para mover los brazos y las piernas. Si es posible, hacer un poco de ejercicio, pues ayudará a mantenerse en forma y sano. Por otro lado, si no es posible hacer dos grandes comidas, es mejor comer poco y de manera más frecuente. También es importante beber mucho agua para mantenerse hidratado.

Contactar al médico sobre cualquier duda sobre su salud. La pandemia ha llevado a un descenso en las personas que acuden a los centros de salud para otras condiciones distintas al coronavirus. Asegúrate de que tu familiar mayor recibe la atención médica que necesita si no se siente bien.

Buscar el apoyo de una cuidadora por horas o interna para combatir los sentimientos de soledad. En Wayalia tenemos un equipo de profesionales preparado para ayudarte a sobrellevar la pandemia con seguridad y de la manera más saludable. Una cuidadora puede supervisar y preparar las comidas, asistir en la realización de ejercicios sencillos, ayudar en las tareas domésticas, acompañar a la persona mayor a sus visitas médicas. Además de brindarle apoyo emocional y compañía a la vez que estimula sus capacidades cognitivas para prevenir su deterioro.

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