De las tragedias vividas en las residencias de mayores solo son realmente conscientes quienes fueron testigos directos de un horror nunca antes visto. Los responsables y los trabajadores tuvieron que enfrentarse a diario a la enfermedad y a la muerte, pero también a la impotencia de no contar con medios para salvar vidas y tampoco para protegerse así mismos y a los demás. La falta de material fue una constante y todavía no está claro hasta qué punto se pudo hacer más, sobre todo por parte de las Administraciones Públicas. Pero lo importante ahora que se ha comenzado la desescalada del Covid-19 es pensar en la situación de los ancianos en residencias y también en el futuro de estos espacios de convivencia.
¿Quiénes son responsables de la situación de los ancianos en residencias durante la desescalada?
Cuando todavía no se conoce el alcance total de esta tragedia, las residencias se prepararan para volver poco a poco a esa famosa nueva normalidad, pero también para un rebrote en los próximos meses.
Los responsables de las residencias ya están reclamando a las autoridades el material que necesitan para afrontar de nuevo la enfermedad, sobre todo EPIs y test PCR. Aunque cada Comunidad Autónoma, e incluso cada residencia, cuenta con sus propios protocolos de actuación, que las visitas hayan regresado a los centros de mayores provoca que los profesionales teman volver a empezar.
Hay que tener en cuenta que en el Real Decreto que regula la nueva normalidad, que ha sido aprobado por el Gobierno, recoge en uno de sus artículos que los servicios sociales de las diferentes Comunidades Autónomas deben garantizar la coordinación de las residencias de mayores utilizando los recursos sanitarios del sistema de salud de la Comunidad Autónoma en la que se ubiquen y que en ningún caso se hará distinción entre residencias públicas y privadas.
Además, indica que cada centro debe tener planes de contingencia que estén orientados a identificar de manera precoz casos entre los residentes y trabajadores. Si esto ocurre, se tendrán que activar los procedimientos de coordinación con el servicio de salud correspondiente.
Se trata de garantizar que los residentes sean atendidos en sus centros de atención primaria o en los hospitales, pero siempre con todas las garantías. Mucho se ha hablado de la desatención y casi del abandono de los ancianos que vivían en las residencias, aunque por el momento no está claro lo ocurrido. No es solo una polémica mediática, sino también un asunto que se empieza a judicializar, ya que son muchas las demandas que se han presentado por este asunto y aún más las que se esperan.
Las residencias cuentan con diferentes factores que las convierten en lugares de altísimo riesgo. Por un lado, un gran porcentaje de los residentes sufre patologías crónicas y son pacientes de riesgo. Por otro, también una gran cantidad de ancianos padece algún tipo de demencia, lo que conlleva que se complique en gran manera la toma de medidas básicas como el uso de mascarillas, la distancia social o el lavado de mano.
Además, los síntomas en un entorno en el que la enfermedad está presente a veces son difíciles de detectar, ya que se confunden con otras dolencias. Por no hablar de aquellos pacientes que son asintomáticos, pero que se convierten en grandes contagiadores porque pasan desapercibidos.
¿Cómo está siendo la situación de los ancianos en residencias durante la desescalada?
Como ya hemos indicado, es responsabilidad de cada Comunidad Autónoma establecer las normas a seguir en sus residencias, tanto en las públicas como en las privadas. Pero sí existirán algunas normas que serán comunes a todas, además, de hacer acopio de equipos de protección y de pruebas PCR.
Los responsables de las residencias son conscientes de la alta probabilidad de rebrotes, tanto fuera como dentro de las residencias. Por eso, es vital contar con protocolos de actuación que sean tan rápidos como efectivos.
Por supuesto, aunque las visitas a las residencias representan un riesgo, sus responsables son conscientes de que las personas mayores no pueden vivir eternamente aisladas y de que necesitan estar en contacto con sus familiares, pero también con otros residentes.
¿Resulta conveniente medicalizar las residencias?
Como su nombre indica, una residencia es el hogar de las personas que residen en ella. Es cierto que cuenta con una cierta asistencia sanitaria y que muchas tienen hasta con un médico, pero no son ni mucho menos un hospital. Pero visto lo ocurrido, muchos se preguntan si lo mejor será medicalizar las residencias.
De hecho, la propia Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, SEGG, afirma que es necesario cambiar el modelo actual de las residencias de mayores cuando termine la pandemia. Su presidente, José Augusto García Navarro, ha comentado que es necesario analizar de qué forma se puede incrementar la atención médica y geriátrica en las residencias. Sugiere aumentar el soporte que se da desde los hospitales con consultores de geriatría en las residencias o con centros de atención intermedia.
Aunque no se conocen todavía todas las medidas que se tomarán, lo que sí tienen claro desde la Asociación es que va aumentar la atención médica y de enfermería. Eso sí, lo que han manifestado es que en ningún caso las residencias se pueden convertir en hospitales puesto que no cuentan con los recursos humanos necesarios, ni con la capacidad técnica ni la estructura física para poder hacerlo.
Hay expertos que piensan que deben contar con dispositivos que estén preparados para asistir al enfermo, como máquinas de oxígeno, y para garantizar una muerta digna, pero al mismo tiempo aseguran que si un paciente necesita un goteo o un respirador tendrá que ser trasladado a un hospital.
Por supuesto, los cambios que estamos comentando solo serán posibles en algunas residencias, ya que otras por su tamaño tendrán que continuar siendo lugares de convivencia.
No solo tendrán que dar una mayor atención médica a las residencias, sino también se tendrán que volver a diseñar los espacios. Es necesario que sean más amplias y que se adecúen a un posible nuevo confinamiento. En la actualidad, cuando un residente da positivo en coronavirus es aislado del resto de internos. Pero en muchos casos el tamaño de la residencia dificulta que se haga o incluso lo hace imposible.
¿Qué otros aspectos sobre la situación de los ancianos en residencias se deben tener en cuenta?
También se considera vital la evaluación geriátrica en el hospital, ya que si durante la pandemia se hubiera hecho, se hubiese evitado el debate sobre si hay que atender a otros pacientes antes que a personas que tienen cierta edad y patologías previas importantes.
Además, los expertos creen que es muy triste que las personas mayores hayan muerto sin la compañía de sus familiares y en algunos casos sin poder despedirse de ellos. Esta situación ha sido trágica y por eso muchas residencias han establecido protocolos para que las familias puedan acompañar al anciano en sus últimos momentos, cumpliendo siempre las recomendaciones sanitarias.
En cuanto a las visitas, aunque ya se están empezando a permitir, estarán muy controladas. Cada Comunidad Autónoma está estableciendo sus propias normas, pero parece que lo más adecuado es permanecer poco tiempo, mantener la distancia de seguridad, no tener ningún tipo de contacto físico y utilizar todo el tiempo la mascarilla.
El coronavirus pasará algún día, al menos es lo que todos esperamos, ya sea porque se contará con un tratamiento muy eficaz o con una vacuna, pero hasta entonces la situación de los ancianos en las residencias debe cuidarse, prestando atención a su bienestar a todos los niveles. Si así se hace, la desescalada del Covid-19 se hará menos dura.