En todos los ámbitos profesionales conviene llevar a cabo un proceso de formación continuada. ¿Qué quiere decir? No cerrarse a seguir aprendiendo, ya que es importante conocer la situación de un sector, de los posibles cambios y evoluciones para estar preparado. Esto que sirve para un sin fin de profesiones, también se debe aplicar, con mayor ahínco si cabe, en el caso de los cuidadores de personas mayores. Y es que formarse, conocer las técnicas y avances de los cuidados a adultos dependientes, a través de cursos de auxiliar de enfermería o de cuidados de geriatría, por ejemplo, será fundamental para estar preparados ante los retos profesionales del día a día.
La importancia de la formación continuada
Entender que nuestra trayectoria profesional está sujeta a cambios y que poseer la capacidad de adaptarse a estos cambios será muy importante para lograr un desempeño efectivo y una progresión acorde a nuestros intereses, es un paso fundamental. La formación continuada es el proceso de enseñanza – aprendizaje activo y permanente al que deben tener acceso todos los profesionales.
Formación continuada en los cuidados a ancianos
En el caso de los cuidadores de personas mayores, también es importante estar inmerso en este proceso de enseñanza constante. Interesarse por todos los cambios que se suceden en torno al bienestar y cuidados de la tercera edad, ayudará a todos los trabajadores a realizar un servicio más efectivo.
Por ejemplo, si hace una década no existía (a nivel domiciliario) el uso de grúas para facilitar las movilizaciones, actualmente se trata de uno de los accesorios clave en casos de movilidad reducida. Por esto, que los cuidadores conozcan su uso ahora, es mucho más importante que hace unos años.
¿Cómo se puede formar una cuidadora?
Actualmente existen muchas opciones para seguir formándose en el ámbito de los cuidados para personas mayores a domicilio, entre los que destacan algunos cursos de auxiliar de enfermería. Gracias a este tipo de certificados, se tendrá una noción muy amplia del sector geriátrico, de las mejores técnicas para movilizar o lavar a un anciano, de los alimentos saludables para la tercera edad, de las claves de un envejecimiento activo, etc. Es decir, se tendrá una aproximación teórica y práctica a todo lo que engloba un servicio de cuidados a domicilio.
Además, existen otros cursos de geriatría que pueden complementar nuestra actividad profesional muy positivamente. Más allá de realizar un curso de auxiliar de enfermería o un curso para el cuidado de adultos dependientes, es importante ampliar la base conocimiento. Por ejemplo, con un curso de primeros auxilios. Toda la formación que emprendamos como cuidadores de personas mayores dependientes será muy positivo para nuestro futuro y trayectoria profesional.
Beneficios de una formación continuada
Los beneficios son múltiples, pero en el caso específico de los cuidadores de personas mayores, los más relevantes son por un lado, poder ofrecer un servicio mucho más efectivo siempre con el objetivo de garantizar el bienestar de los mayores.
Y, por el otro lado, y estrechamente relacionado con el anterior, en un sector tan competido como el de la asistencia a domicilio de personas dependientes, con muchas cuidadoras que se presentan en las candidaturas y con cada vez más dificultades para acceder a una posición, poder diferenciarse con una titulación o un curso de auxiliar de enfermería o geriatría será importante para destacar y tener muchas más posibilidades de acceder a un puesto de trabajo.