Cómo despedir a una cuidadora

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¿Se puede despedir a una cuidadora por una causa justificada? Si es así, ¿cuándo? Esta es una de las preguntas más frecuentes de quienes tienen que ocuparse de la contratación de una cuidadora. Entre los diversos temas que conciernen a la gestión de la relación laboral entre el cuidador y el empleador, la cuestión del despido es quizás una de las más complejas, no solo desde el punto de vista ético, sino también y sobre todo desde el punto de vista jurídico. Pero, ¿qué dice la ley al respecto? ¿Qué hay que hacer en este caso y qué documentos se necesitan? ¿Y cómo puede protegerse la cuidadora? Averigüémoslo juntos.

¿Puedo despedir a una cuidadora por una causa justificada?

Empecemos diciendo que hay varios casos en los que una cuidadora puede ser despedida por una causa justificada y se conoce con el nombre de “despido disciplinario”. En este caso, a la trabajadora no corresponde ni preaviso ni indemnización.

Por lo general, estas razones son tan graves que el despido es casi obligatorio. Algunos de los motivos podrían ser: robo, amenazas o violencia. En todos estos casos, la relación laboral puede terminarse inmediatamente y sin previo aviso.

Además del despido por causa justificada, también existe el despido por razones objetivas o subjetivas. Esta segunda posibilidad se refiere a situaciones menos graves, pero igualmente problemáticas, en las que el empleador pierde la confianza en el trabajador. Este tipo de despido entra en juego cuando la cuidadora no respeta las obligaciones contractuales principales, por ejemplo, ausencias injustificadas o retrasos reiterados.

¿Tengo que pagar una indemnización si despido a una cuidadora?

Si realizamos un despido disciplinario la jurisdicción competente podría declararlo como “despido improcedente”, por razones como falta de forma escrita o motivos injustificados. En tal caso, el empleador tendrá la obligación de indemnizar a la cuidadora el salario que corresponde a veinte días naturales por cada año trabajado, con un límite de doce mensualidades.

¿Con cuántos días de antelación puedo despedir a una cuidadora?

Los días de preaviso deben establecerse en función de la antigüedad del trabajador. Esto significa que si la cuidadora lleva menos de un año trabajado, el preaviso será de siete días y de veinte días en los de más de un año. Por otro lado, si la cuidadora tiene más de cinco años de antigüedad, con el mismo empleador, el plazo de preaviso aumenta a treinta días. No obstante, en caso de dimisión del trabajador, estos plazos pueden reducirse a la mitad.

En caso de que sea el cuidador quien renuncie, tendrá la obligación de dar un preaviso de siete días.

Por último, pero no por ello menos importante, si el empresario despide sin avisar con la debida antelación, el trabajador debe recibir una indemnización por los días que no ha realizado el preaviso.

¿Se puede despedir a una cuidadora que está de baja por enfermedad?

La respuesta a esta pregunta solo puede ser negativa, siempre que la enfermedad esté certificada por el médico de cabecera. Sin embargo, esta prohibición puede levantarse parcialmente si hay otros motivos legales que justifiquen el despido, pero en ningún caso la razón será la enfermedad.

Bajo ningún concepto se podrá despedir a una cuidadora en caso de que su baja sea por embarazo, lactancia, parto, maternidad o paternidad y acogimiento o adopción.

¿Cómo despedir a una cuidadora?

Para evitar problemas, es aconsejable redactar una comunicación escrita y tener la certeza de que ha sido entregada al trabajador. Podemos hacerlo de dos formas diferentes:

  1. Enviar a la cuidadora una carta certificada con acuse de recibo.

Una vez que hayas llevado la carta a la oficina de correos, tendrás que esperar unos días para obtener el justificante de recepción. La cuidadora tendrá que firmar el formulario de acuse de recibo, que se deposita en el buzón, tras introducir la fecha de entrega.

Por supuesto, debemos recordar incluir en la carta la observación de que la fecha de la notificación comienza a partir del día de la entrega de la carta certificada.

  1. Entregar en mano la carta de despido, pedir a la trabajadora que la firme y conservar la copia firmada.

¿Qué pasa si el cuidador no quiere firmar?

Para evitar problemas, es mejor entregar la carta en presencia de un testigo externo, que no sea un familiar. Desde Wayalia, te aconsejamos que envíes una carta certificada con acuse de recibo.

¿Necesitas contratar a otra cuidadora?

Si has tenido que despedir a una cuidadora por cualquiera de estos motivos te invitamos a consultar nuestros perfiles de cuidadores y cuidadoras profesionales de Wayalia, para encontrar la persona que mejor se ajuste a tus necesidades.

¿Te podemos ayudar?

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