Si el anciano pasa la mayor parte del día en casa, entre la cama y el sillón, es importante prestar atención al cuidado de la piel para evitar la formación de llagas, úlceras e infecciones. Se trata de una tarea difícil de realizar porque la formación de lesiones en la piel es común en pacientes que permanecen en la misma posición durante mucho tiempo.
¿Qué es una úlcera por presión o úlcera de decúbito?
Una úlcera por presión es un daño en la piel o en los tejidos que se produce cuando se produce una reducción de la circulación sanguínea debido a la presión en una zona específica.
Inicialmente, puede observarse un ligero enrojecimiento en la zona afectada, que es el primer signo de daño tisular. El tejido subyacente se deteriora debido al escaso suministro de sangre. Se ven afectadas varias capas de la piel, los músculos y los huesos.
Todo paciente o persona mayor obligada a la inmovilidad por una enfermedad crónica o en el periodo postoperatorio corre un alto riesgo de desarrollar úlceras por presión.
En el programa de tratamiento del paciente, durante su estancia en el hospital y en su domicilio, se informa a la persona afectada y a su familia sobre los factores de riesgo y las medidas preventivas que deben adoptarse para evitar las úlceras por presión. Si ya se ha formado una úlcera por presión, es necesario el tratamiento de la herida junto con la aplicación de apósitos modernos y el uso de dispositivos de reducción de la presión.
Medidas preventivas
Cambiar la posición del paciente
Una de las medidas más sencillas y eficaces es cambiar frecuentemente la posición de la persona afectada. Si no puede cambiar de posición de forma independiente, los cuidadores y los profesionales sanitarios deberán ayudarle. Es necesario que las personas encamadas cambien de posición al menos cada dos horas. Los usuarios de sillas de ruedas deben cambiar de posición al menos cada 15-30 minutos.
Si ya se ha formado una úlcera por presión, es importante evitar ejercer presión adicional sobre ella cambiando de posición con frecuencia o utilizando dispositivos antidecúbito. Esto dará a la herida la mejor oportunidad de curarse.
Seguir una dieta sana y equilibrada
Una dieta sana y equilibrada, basada en una cantidad adecuada de proteínas, vitaminas y minerales, ayuda a prevenir los daños en la piel y favorece una curación más rápida de las heridas. Si es necesario, se puede acudir a un dietista que elaborará una dieta personalizada.
Cuidar la piel
Es fundamental revisar diariamente las zonas de riesgo de la piel. Se puede utilizar un espejo para mirar las partes del cuerpo que son más difíciles de ver, por ejemplo, las nalgas y los talones. Si se nota algún cambio, decoloración de la piel (enrojecimiento permanente, coloración marrón), habrá que ponerse en contacto con el médico de cabecera o una de las enfermeras si la persona se encuentra en un hospital o residencia de ancianos.
9 Consejos para prevenir úlceras por presión
Para prevenir la formación de lesiones, se pueden poner en práctica los siguientes consejos:
- Evitar la ropa sintética
- Utilizar jabón delicado durante la higiene.
- Aclarar a fondo.
- Secar bien la piel dando palmaditas y no frotando.
- Favorecer el cambio de posición tanto en la cama como en la silla.
- Utilizar sábanas de algodón lo más ajustadas posible (eliminando las arrugas). Las sábanas y la ropa interior no deben estar ni húmedas o mojadas.
- Masajear suavemente la piel.
- Utilizar cremas hidratantes, evitar las lociones que contienen alcohol. No aplicar polvos de talco, que no favorecen la transpiración de la piel.
- Cambiar la ropa interior y/o pañales con frecuencia.
Para reducir el riesgo de que se formen lesiones en nuestros ancianos, tendremos que pedir al cuidador o cuidadora a domicilio que le proporcione las ayudas adecuadas, pero también preste mucha atención a la limpieza y el cuidado de la piel.