¿Cómo cuidar a una persona con Alzheimer?

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El Alzheimer es una de las enfermedades con mayor incidencia en España. Una triste realidad a la que tienen que hacer frente, según el INE, el 14% de los mayores de 65 años en nuestro país. Sin duda, estos datos reflejan la tremenda necesidad de seguir incentivando la investigación y ayudar a los ancianos afectados, sin dejar de lado a los pacientes silenciosos de esta enfermedad: los cuidadores. Profesionales que tienen que lidiar con una situación que requiere de mucho esfuerzo físico y, sobre todo, mental.

El Alzheimer, el enemigo común

Según la FAE (Fundación Alzheimer España), “el Alzheimer es un trastorno de la memoria asociado a otras pérdidas de las capacidades intelectuales que perturbe la organización de la vida diaria y impide llevar una vida familiar y social normal”. Siendo el 60% de los casos de todas las demencias localizadas en el país.

Es, sin lugar a dudas, la enfermedad más cruel. Borrar todos los recuerdos que se han ido acumulando a lo largo de los años es un ejercicio de sacrificio continuo. Dolor que nace en el paciente, en la persona mayor, en el anciano con Alzheimer que ve que poco a poco su mente se va quedando en blanco irremediablemente y sin piedad. Pero es un dolor que continúa en la familia y también en la cuidadora, que tiene que apoyar y cuidar al anciano en todo momento. El Alzheimer es un enemigo común.

¿Qué consecuencias tiene para el cuidador?

El papel del cuidador es vital para garantizar una calidad de vida elevada y contrarrestar, en la medida de lo posible, los efectos del Alzheimer en la persona mayor. Una gran responsabilidad que va en aumento con el avance de la enfermedad, ya que el grado de dependencia también va en aumento y la ayuda externa se hace indiscutible. Situación que provoca que el cuidador se vea sometido a momentos de mucho estrés que pueden repercutir en su propio estado de salud. Salud física y mental a raíz del agotamiento y del sobreesfuerzo. ¿Cuáles son las principales amenazas para el cuidador de Alzheimer?

  • Fatiga.
  • Dolores articulares.
  • Trastornos del sueño.
  • Ansiedad.
  • Depresión.

Como podemos observar, el cuidador se convierte en una persona vulnerable durante la enfermedad del Alzheimer. Cuidador que tiene que hacer frente a una situación muy delicada y que, en muchas ocasiones, no tiene la preparación suficiente para conllevar los cuidados al anciano con su propio bienestar. Empoderar a los cuidadores, con herramientas para que su salud prevalezca durante el proceso de ayuda a domicilio, es muy importante para garantizar, a su vez, los mejores cuidados para nuestros mayores con Alzheimer.

Cuidar al cuidador de Alzheimer

Las consecuencias que puede suponer una mala gestión de la enfermedad, tanto para la persona mayor como para el cuidador, repercuten directamente en el bienestar de ambos. Por lo que ofrecer algunos consejos para los cuidadores de Alzheimer, actores muy vulnerables e invisibles que sufren los achaques de la enfermedad, será muy bueno y beneficioso. Cuidar al cuidador es una prioridad.

Los aspectos más importantes, a tener en cuenta si se es un cuidador, es estar bien atento a los cambios físicos o emocionales que se puedan experimentar y, al mínimo señal de alerta, pedir ayuda para parar a tiempo los síntomas.

Otro consejo fundamental es tener unas horas al día, bien programadas, para desconectar. Desconectar del día a día se presenta como una válvula de escape más que necesaria para poder airearse, recargar las baterías y poder volver con las fuerzas renovadas a centrarse en la ayuda a la persona mayor con Alzheimer.

Dormir bien es otra de las claves para evitar el síndrome del cuidador quemado. Poder descansar correctamente, las horas adecuadas y sin sobresaltos, es prioritario para garantizar un estado de salud correcto.

Y, finalmente, ser consciente de la carga de trabajo que uno mismo puede soportar y no dudar en pedir ayuda a la familia del anciano si observamos que nos sobrepasa. La colaboración es esencial para evitar problemas de salud propios y una atención deficiente del enfermo.

¿Cuidador informal o cuidador profesional?

En situaciones como la cuidar a un anciano con Alzheimer, los cuidadores informales (familiares, conocidos o gente sin experiencia) pueden ser una solución más accesible pero, sin lugar a dudas, darán menos garantías de dar un servicio de calidad, tan necesario en estos casos. Además, estos cuidadores informales están menos preparados para hacer frente a situaciones tan complicadas como esta y son mucho más vulnerables a sufrir las consecuencias, tanto físicas como mentales, de acarrear toda la responsabilidad de lidiar con el Alzheimer.

Por lo que optar por un cuidador profesional, con experiencia en la ayuda a ancianos con Alzheimer, es la manera más sencilla de asegurarse que la persona que cuidará de nuestro mayor ya ha hecho frente a situaciones similares. Experiencia que le ayudará a saber cómo debe afrontar la atención y, también, conocer qué tiene que hacer para evitar sufrir las consecuencias a nivel físico y psicológico.

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