La familia siempre ocupa una posición de gran importancia en los cuidados de una persona mayor. Y es que es gracias a sus esfuerzos y atención, que el anciano dependiente puede mantener y mejorar su bienestar y calidad de vida. Los cuidados en el entorno familiar tienen una fuerte incidencia, por lo que conviene explicar los principales consejos para desarrollar la tarea de la mejor manera, favoreciendo el estado físico y anímico de nuestros seres queridos.
La importancia de la familia
Uno de los principales males de los mayores es la soledad. Situación a la que se ve abocada una parte importante de la población de la tercera edad de forma no deseada. Y no es tema baladí, sentirse solo puede acarrear importantes problemas tanto psicológicos como físicos. Es en este contexto, donde se hace visible que los familiares (también los amigos y conocidos) deben ejercer un rol activo en la atención y cuidados de las personas mayores.
¿Cómo puede ayudar la familia?
Lo dicho, muchas son las cosas que puede hacer la familia para promover un estilo de vida saludable y, a su vez, tratar de romper con la rutina de sus mayores. Lo más importante será demostrar a nuestro ser querido, todo el amor y cariño que se merece. Hacerle una visita de forma regular, acompañarlo durante alguna comida, sacarlo a pasear o llevarlo a alguna actividad cultural son pequeñas acciones que para nosotros quizás no son gran cosa pero que, sin lugar a dudas, para él será una experiencia genial.
La realidad de los cuidados en el entorno familiar
Otra de las realidades con la que convivimos cada día en España, es con el rol de cuidador que adoptan muchos familiares. Los cuidadores informales, no profesionales o los cuidados en el entorno familiar, hacen referencia a aquellas personas que se hacen cargo de un ser querido y ejercen las labores de asistencia y apoyo. En muchas ocasiones, estas personas no están correctamente preparadas y su actividad, con una alta carga tanto física como emocional, puede derivar en un servicio deficitario y en una atención incompleta para la persona mayor.
Bien es cierto que desde las instituciones públicas se está tratando de profesionalizar este sector para evitar la precarización a la que se veían sometidos muchos de los cuidadores, ya sean familiares o no. Una de las medidas, ha sido proponer una paga para que los cuidadores informales puedan recibir una remuneración por su desempeño (siempre que cumplan con unos requisitos previos).
El valor de la experiencia
El papel de la familia es fundamental en el bienestar de una persona mayor. Pero también es cierto que optar por unos cuidados profesionales, de calidad y llevados a cabo por un cuidador con amplia experiencia y preparación especializada, será un paso clave para evitar sustos innecesarios en el día a día de los mayores dependientes. La soledad y la desatención son los dos principales obstáculos para tener una vejez óptima, supéralo con una cuidadora de Wayalia.