Misofonía en personas mayores: Qué es y cómo evitarlo

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¿Te ha ocurrido alguna vez que el ruido de un determinado objeto, de un animal o de una persona te generen una molestia incontrolada? Si la respuesta es afirmativa, es posible que sufras de misofonía. El nombre de esta patología proviene del griego y significa literalmente “odio al sonido”.

Aunque la misofonía puede ser un trastorno poco frecuente, según las estadísticas, hay muchas personas que la padecen y muestran efectos manifiestos, mientras que otras no son conscientes de ello.

Es bien sabido que, en la tercera edad, son comunes los problemas auditivos, entre otras dolencias de salud y uno de ellos es, en efecto, la misofonía en personas mayores que, junto a otras dolencias, pueden llegar a condicionar mucho la vida de este colectivo.

¿Qué es la misofonía en personas mayores?

La misofonía se define como una fuerte intolerancia a determinados ruidos. La consecuencia es una reacción incontrolada del sujeto que los escucha y, muy a menudo, se traduce en comportamientos de ira, estados de ansiedad y pánico. No es necesario que el ruido sea débil o fuerte, solo es importante su naturaleza. Los sonidos molestos pueden provenir de personas u objetos cotidianos.

A lo largo de los años, se han realizado varios estudios científicos para identificar qué origina el problema, pero desafortunadamente todavía no se ha comprendido la procedencia exacta de las molestias y, por tanto, de las reacciones. Algunos médicos afirman que la misofonía es una alteración del oído, mientras que otros la asocian a algunos tipos de trastornos mentales.

¿A qué puede deberse la misofonía? Las causas pueden ser diferentes, es decir, estar relacionadas con acontecimientos traumáticos pasados, trastornos psíquicos o mucho más.

Causas de la misofonía en personas mayores

Lo más probable es que la misofonía tenga su origen en un trastorno de naturaleza neurológica, que suele estar vinculado a experiencias pasadas. El oyente podría asociar un sonido concreto a una situación desagradable y provocar en él ira y/o reacciones violentas.

Sin embargo, esta patología no puede equipararse a una molestia que afecta al aparato vestibular. Por lo tanto, si una persona no puede tolerar un determinado sonido, no significa necesariamente que se trate de misofonía sino, más sencillamente, de una baja tolerancia a determinados ruidos del mundo exterior.

Síntomas de la misofonía en personas mayores

La misofonía se manifiesta en el comportamiento anormal de un determinado sujeto, la primera reacción, a un estímulo auditivo molesto, es de agitación, ansiedad y enfado. Sin embargo, esto puede llegar a ser peligroso porque puede provocar agresiones y reacciones incontroladas de carácter violento. En este caso, por tanto, es necesario alejarse de la fuente de ruido y evitar que la situación se agrave.

Los misófonos pueden ser sensibles a ruidos como sollozos, ronquidos o incluso el masticar. Un sujeto también puede activarse si escucha el llanto de un bebé, el grito de un pájaro u otros animales como perros, ranas. El timbre del teléfono, el tic-tac de las agujas de un reloj o el aplastamiento de botellas de plástico.

Es evidente que se trata de un trastorno realmente limitante, porque todo lo enumerado se encuentra entre los sonidos más comunes que podemos oír en el día a día. Por esta razón, las consecuencias de la misofonía también son visibles a nivel social. De hecho, los afectados tienden a aislarse para no ser molestados. Si no se intenta contener, esta condición puede generar otros trastornos de la psique y convertirse, más adelante, en algo realmente peligroso e irresoluble.

¿Cómo combatir la misofonía en la vejez?

Hasta la fecha, no se ha encontrado ningún tratamiento o cura específica para hacer frente a la misofonía en la tercera edad, sin embargo, hay algunos trucos de psicoterapia o terapia de sonido a tener en cuenta, sobre todo dirigidos a cuidadores:

  • Siempre que puedas evita los ruidos que sabes que molestan a la persona cuidada.
  • La musicoterapia para personas mayores es un remedio muy eficaz para que se relajen: utiliza música relajante o incluso tapones.
  • Para hacer frente a la misofonía, existen técnicas de relajación como la meditación o el yoga en personas mayores.
  • Acudir a terapia cognitivo-conductual es otra opción a implementar, para el cuidado de la persona mayor afectada.

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