La sarcopenia, es un proceso inevitable que comienza alrededor de los 40-50 años, con un ritmo lento, y se va pronunciando a partir de los 60 años.
La sarcopenia, que provoca una atrofia muscular y compromete la calidad del tejido muscular, es responsable de síntomas como una sensación constante de debilidad, pérdida de resistencia, falta de equilibrio y dificultad para realizar las actividades cotidianas más normales (por ejemplo, subir escaleras).
Se diagnostica a través de un examen objetivo, la historia clínica y el relato de los síntomas, la sarcopenia no es una condición tratable o que pueda detenerse; sin embargo, con ejercicio constante y una nutrición adecuada, puede controlarse con excelentes resultados.
¿Qué es la sarcopenia y cuáles son las causas?
La sarcopenia es la pérdida de masa y fuerza muscular asociada al envejecimiento del cuerpo humano. Existen varias teorías sobre las causas de la sarcopenia; a continuación se exponen algunas de las más importantes:
- Teoría de las células satélite: las células satélite son pequeñas células mononucleares que descansan sobre las fibras musculares y ayudan a mantener su función, activándose en momentos importantes como el ejercicio o después de una lesión. La teoría de las células satélite sostiene que el envejecimiento provoca sarcopenia porque reduce la capacidad de activación de las células satélite.
- Teoría de la reducción de la actividad anabólica: en los seres humanos, el crecimiento muscular está relacionado con la presencia de la hormona del crecimiento y la testosterona en el organismo. Según la teoría de la reducción de las señales anabólicas, la sarcopenia dependería de una reducción de los niveles sanguíneos de la hormona del crecimiento y de la testosterona.
- Teoría de las proteínas oxidadas: con el envejecimiento del cuerpo humano, el nivel de proteínas oxidadas en los músculos tiende a aumentar; esto conduce a la formación incontrolada de agregados cada vez más grandes de lipofuscina y proteínas reticulares, que, en cantidades superiores a las normales, provocan el mal funcionamiento de los músculos. Según la teoría de las proteínas oxidadas, parece que la sarcopenia depende precisamente de la acumulación desmesurada en los músculos de lipofuscina y proteínas reticulares, un proceso típico, como acabamos de decir, de la vejez.
¿Quiénes son los más afectados por la sarcopenia?
La sarcopenia está relacionada con el envejecimiento, no obstante, numerosos estudios han demostrado que tiene un mayor impacto (es decir, es más pronunciada) en las personas sedentarias y en aquellas que siguen una dieta inadecuada. En otras palabras, la sarcopenia tiene repercusiones más graves si se combina con el sedentarismo y la mala alimentación.
Terapia
Actualmente, no existe ningún tratamiento médico aprobado que pueda prevenir la sarcopenia. Sin embargo, desde hace varias décadas se llevan a cabo diversas investigaciones farmacológicas para comprobar si el uso de hormonas, como la testosterona y la hormona del crecimiento, permite mantener la masa muscular y la fuerza a pesar del envejecimiento.
Contrarrestar la sarcopenia: remedios naturales
Si bien es cierto que no existe una cura médica que pueda prevenir la sarcopenia, es igualmente cierto que hay varios remedios naturales que pueden contrarrestar la disminución fisiológica de la masa y la fuerza muscular relacionada con la edad.
Estas contramedidas naturales consisten en un ejercicio constante y una dieta acorde con las necesidades del tejido muscular y del cuerpo humano en general en la vejez.
Ejercicio físico
El ejercicio es una forma de utilizar los músculos; utilizar los músculos es esencial para mantener o mejorar masa y fuerza.
Según la opinión de los expertos, para contrarrestar la sarcopenia, el ejercicio debe:
- Incluir el entrenamiento de fuerza y el de resistencia;
- Llevarse a cabo al menos un par de veces por semana;
- Involucrar a todos los grupos musculares más importantes, es decir, piernas, brazos, pecho, hombros, espalda y abdomen.
Es fundamental destacar que, antes de iniciar cualquier programa de entrenamiento, la persona mayor debe consultar a su médico, para saber para qué actividades físicas es apta, y contar con un instructor que le enseñe la técnica y le corrija los errores.
Alimentación
La investigación científica ha demostrado en más de una ocasión que una dieta adecuada retrasa la aparición de la sarcopenia y previene sus peores consecuencias. Una dieta ideal para combatir la sarcopenia se basa en:
- Alimentos ricos en proteínas saludables. Los alimentos ricos en proteínas saludables son: el pescado (por ejemplo, la trucha o el salmón), el marisco, los frutos secos, las lentejas, la quinoa, las judías, el tofu, las partes magras de las aves de corral y los cortes magros de la carne de vacuno;
- 3-5 raciones de fruta y verdura;
- Alimentos bajos en sodio, grasa y/o azúcar.