Estamos acostumbrados a pensar que el miedo a la oscuridad concierne solo a los niños, y a los padres que les tienen que apagar la luz después de dormirse. Pero no siempre es así.
A menudo, con el paso de los años, se suele hablar de un “retorno a la infancia” y no es inusual que reaparezcan algunos miedos y fobias de cuando éramos niños. Entre ellos se encuentra precisamente la nictofobia o miedo a la oscuridad. ¿Quieres saber más? En este artículo del Wayalia te explicamos todo lo que necesitas saber sobre el tema, y por qué es tan importante dedicar especial atención a nuestros mayores cuando experimentan esta sensación.
¿Qué es la nictofobia?
La nictofobia es el miedo irracional a la oscuridad. A menudo se considera un trastorno de ansiedad y puede ser tratado con terapia cognitivo-conductual y, en algunos casos, medicamentos. Sin embargo, hay que tener en cuenta que algunas personas pueden tener una sensación de miedo a oscuras debido a un evento traumático o una experiencia desagradable en el pasado, y no necesariamente tienen un trastorno de ansiedad.
¿Cómo afecta la nictofobia a las personas mayores?
La nictofobia puede afectar a personas de todas las edades, incluyendo a los mayores. Sin embargo, algunos ancianos pueden estar más propensos a desarrollar este trastorno debido a cambios en la visión o en la capacidad de moverse en lugares oscuros. Esto puede llevar a un mayor riesgo de caídas o lesiones.
Además, algunas pueden estar más propensas a sentir ansiedad o depresión, lo que puede empeorar el grado de nictofobia.
Por otro lado, un anciano que sufre de nictofobia puede tener dificultad para dormir a oscuras, lo que puede interferir en su salud mental y física.
Síntomas de nictofobia en personas mayores
Los síntomas de nictofobia pueden variar de persona a persona, pero algunos de los más comunes en ancianos incluyen:
- Ansiedad o pánico en ambientes oscuros.
- Dificultad para dormir a oscuras.
- Tendencias a evitar lugares oscuros, como pasillos oscuros, baños, y habitaciones sin luz.
- Impedimento para moverse en ambientes oscuros debido a problemas de visión o de equilibrio.
- Dificultad para concentrarse o realizar tareas cotidianas en ambientes oscuros.
- Síntomas físicos, como sudoración, palpitaciones, dificultad para respirar, y dolores de cabeza.
- Problemas para relajarse o descansar en ambientes oscuros.
- Depresión o bajo estado de ánimo.
Es fundamental que las personas mayores afectadas por los síntomas de nictofobia busquen ayuda. El tratamiento puede incluir terapia cognitivo-conductual, medicamentos y/o adaptaciones en el hogar para ayudar a aliviar los síntomas.
¿Cómo cuidar a un anciano con nictofobia?
¿Qué podemos hacer para ayudar a un anciano con nictofobia? Hay varias medidas que podemos adoptar, entre ellas:
- Asegurarse de que su habitación tenga suficiente iluminación durante todo el día y la noche.
- Proporcionarle una linterna o una lámpara portátil para que pueda iluminar su camino si tiene que levantarse durante la noche.
- Ayudarle a mantener siempre el mismo horario de sueño y despertar para contribuir a regular su ritmo circadiano.
- Evitar situaciones a oscuras o espacios cerrados, si es posible.
- Si los síntomas son graves, considerar tratamiento psicológico como terapia cognitivo-conductual.
Sin embargo, no hay que olvidar que cada individuo es único y puede requerir un enfoque diferente para manejar su nictofobia.
Cómo asegurar los mejores cuidados 24/7
Como hemos visto, en los mayores, la nictofobia tiende a reaparecer porque la fragilidad del cuerpo del anciano, acompañada de la psicológica, infunde en ellos un sentimiento de impotencia. Por esta razón, tienen una mayor necesidad de asistencia y cuidados, al igual que en los niños; la diferencia es que los ancianos no se aplacan fácilmente y, sobre todo, no siempre tienen a su lado a alguien, que pueda calmarlos. Por todas estas razones es tan importante la presencia de una cuidadora; para establecer una relación de confianza mutua, y poder mitigar estos miedos, que pueden afectar en gran medida a la calidad de vida de una persona mayor.