La soledad de los ancianos en las Navidades del Covid

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Las Navidades se han presentado siempre en las películas como un tiempo idílico, para disfrutar con la familia. A esa imagen se ha unido en los últimos años también la redes sociales, que muestran también perfección y felicidad. Sin embargo, la realidad es que no para todo el mundo son fechas para disfrutar. En algunos casos porque simplemente no las celebran, en otras porque están pasando por un momento difícil y a veces porque han perdido a algún ser querido. Sin embargo, estas fiestas han sido diferentes a todas las anteriores, ya que a lo comentado se ha sumado la pandemia. El coronavirus ha provocado que las reuniones familiares se reduzcan al mínimo y por eso para muchos esta temporada ha estado marcada por la soledad de los ancianos en las Navidades del Covid.

¿Cómo ha sido la soledad de los ancianos en las Navidades del Covid?

El 2020 pasará a la historia por la pandemia más importante en más de 100 años. En un mundo totalmente globalizado el virus ha conseguido extenderse a una velocidad que da miedo. Además, es una enfermedad especialmente cruel, que se ha cebado con los ancianos como pocas. Sin olvidar que tiene la gran dificultad de que en muchos casos se presenta sin ningún tipo de síntoma, algo que ha contribuido a su expansión. Esas personas que no han tenido los efectos del virus se han convertido, sin quererlo, en los transmisores perfectos del virus.

Por eso, cada familia ha tenido que reflexionar sobre la conveniencia o no de reunirse estas Navidades. Es cierto que lo aconsejable era evitar las reuniones, pero en algunos casos se ha evaluado las necesidades emocionales de los ancianos para decidir si quedar con ellos o no en las pasadas semanas. Incluso algunos ancianos que viven en residencias de manera habitual han podido salir unos días para estar con sus familiares.

Es cierto que era muy complicado equilibrar los deseos de las familias de estar juntos con el peligro que representa reunirse en espacios cerrados. Hay que tener en cuenta que muchas de estas reuniones eran para compartir una cena o una comida, lo que implica estar durante algunos momentos sin mascarilla, algo que sin duda aumenta las posibilidades de contagio. Por no hablar de algunas costumbres, como la de comer del mismo plato, que pueden incrementar el riesgo de contraer la enfermedad.

Al escribir estas líneas ya se empiezan a conocer los primeros datos que dejan las Navidades y está claro que las reuniones familiares están teniendo un claro efecto en los números de la pandemia. De hecho, han sido el punto de partida de la tercera ola, que para muchos expertos será la más devastadora.

No podemos olvidar que ya ha comenzado la campaña de vacunación, lo que sin duda es motivo de esperanza, pero no puede servir para relajarse. Porque hasta que toda la población se haya inmunizado el virus se llevará por delante miles de vidas, además de los muertos hasta ahora.

Lo que cada familia haya decidido hacer estas fiestas ya no se puede cambiar y es el momento de conocer los datos definitivos que dejan estos días. Pero sin lugar a dudas estas fiestas han estado marcadas por la soledad de los ancianos en las Navidades del Covid. Algo que ha conllevado un sufrimiento adicional para una población que ha sufrido como nunca antes en estos últimos meses.

¿Por qué la soledad de los ancianos en las Navidades del Covid ha sido más dura que nunca?

Hay que valorar que la soledad se siente más que nunca durante la Navidad. Como ya hemos comentado,  la sufren quienes han vivido recientemente la perdida de un ser querido, quienes están siempre solos o los que han tenido algún conflicto familiar. Es innegable que el sentimiento permanece todo el año, pero en estas fiestas cuando todo el mundo a tu alrededor parece disfrutar del felicidad y compañía, la situación es aún peor.

Sin embargo, este año a todas esas personas se han unido los ancianos que por miedo al contagio han preferido no reunirse con sus familiares. Es verdad que la tecnología ha permitido que exista una cierta cercanía, pero nada como estar juntos.

Huelga decir que las personas somos seres sociales, que necesitamos estar en contacto con otros. Si además ves que todo el mundo lo esta haciendo, que las familias se reúnen y que tú estás solo, el sufrimiento se multiplica. Por eso, estas fiestas para muchos han sido unas semanas especialmente duras. Es importante valorar que la soledad de los ancianos en las Navidades del Covid ha podido dejar secuelas emocionales en los ancianos que será necesario reparar. 

¿Qué otros sufrimientos han tenido las familias estas fiestas?

Otro aspecto que ha causado mucho sufrimiento estas pasadas fiestas es que si siempre es duro perder a un ser querido, en estos últimos meses en muchos casos ha conllevado que se vayan sin una despedida tanto antes de la muerte como después. Es decir, en muchas ocasiones no se han podido celebrar ni velatorios ni tampoco funerales. Para muchas personas es algo que ha complicado el duelo y que todavía a día de hoy siguen sufriendo. De hecho, las fases del proceso se han alargado en el tiempo, algo que ha incrementado el sufrimiento de las familias.

Está claro que si algo ha dejado esta pandemia es una menor interacción social. Todo el mundo ha vivido el confinamiento y las limitaciones para reunirse en muchos casos más de 6 personas. Pero es indudable que las personas mayores han sufrido estas ausencias más que ningunas otras. Los expertos en salud mental coinciden en señalar que este aislamiento va dejando según pasan los meses secuelas en todos, pero sobre todo en los ancianos.

De hecho, no haber podido celebrar la Navidad con sus seres queridos es una especie de colofón cruel a un año especialmente duro para los mayores. Es más, para muchos expertos en este momento es tan importante vigilar la salud física de los ancianos como su estado emocional. Pero por si fuera poco, la pandemia también ha traído problemas físicos a los mayores, ya que están perdiendo masa muscular o capacidad de movimiento.

¿La soledad de los ancianos en las Navidades del Covid ha sido la mejor opción?

Ante este panorama tan complicado, las familias se preguntan si es mejor la seguridad física o que los ancianos se encuentren acompañados. La respuesta no es fácil, ya que hay en vueltas muchas circunstancias.

Los profesionales son partidarios de que sean las propias familias las que evalúen la conveniencia o no de las reuniones. Es cierto que los ancianos que padecen algunas patologías son muy vulnerables a la enfermedad, pero volvemos a recalcar que resulta muy complicado condenar a estar solos a personas que sin duda están viviendo sus últimos años de vida.

Otro problema al que se enfrentan las familias es a la culpa. Tanto si deciden compartir tiempo con sus familiares como si no, los sentimientos de pena estarán presentes. En algunos casos por el miedo al contagio y en otros por saber que tu ser querido está solo. Por eso, hay cada vez un mayor número de personas que están necesitando asistencia psicológica para sobrellevar una situación tan complicada como la que nos ha tocado vivir en estos últimos meses.

En el caso de que decidas reunirte con tus familiares en cualquier momento es muy importante que tomes todas las medidas que aconsejan las autoridades sanitarias para evitar el riesgo de contagio. Si optas por no hacerlo, no dejes de estar en contacto con ellos. Las nuevas tecnologías te permiten estar muy cerca de tus seres queridos. Cuando te conectes, recuerda a tu familiar que es tan importante para ti que no quieres poner en riesgo su salud y que por eso no te reúnes de forma personal con él.

El coronavirus pasará, pero el daño que ha dejado a su paso no será fácil de superar. Por el momento, además de miles de muertos, ha supuesto la soledad de los ancianos en la Navidades del Covid. Esperamos que el año que viene todo sea muy diferente.

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