Cómo mantener la calidad de vida en ancianos

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Cuando se habla de atención a las personas mayores, servicios de cuidados para ancianos y asistencia a domicilio, es importante recordar siempre las pequeñas, pero fundamentales acciones que realmente pueden mejorar la calidad de vida de nuestros seres queridos, para garantizarles apoyo, respaldo y, sobre todo, afecto.

Cómo vivir bien, cómo vivir mejor

Los cuidados del cuerpo, gracias a una actividad física adecuada en la medida de lo posible, los relacionados con la alimentación, mediante una dieta sana y equilibrada, sin olvidarnos de la vida social, pasando unas horas en compañía de los demás y compartir experiencias a diario son aspectos cruciales para sentirnos activos.

El envejecimiento no es una enfermedad: bastan unas pequeñas medidas para poder vivir no solo mejor, sino también más tiempo. Es necesario difundir y poner en práctica una verdadera cultura de prevención, indicando especialmente a las personas mayores los pasos que hay que dar para identificar precozmente enfermedades o condiciones potencialmente peligrosas, que deben ir seguidas de intervenciones terapéuticas adecuadas, para que puedan ser tratadas de la mejor manera posible.

8 Consejos para mejorar la calidad de vida en las personas mayores

Mens sana in corpore sano” es la frase latina que mejor define la importancia de la nutrición en nuestras vidas y, más concretamente, en la de los ancianos. Para mantener el bienestar general, la alimentación sana es un hábito que no hay que perder con el paso de los años:

  1. Si el médico no sugiere una dieta concreta por ejemplo, si la persona mayor tiene diabetes o problemas de colesterol, puede comer con variedad lo que le guste.
  2. Una vez al día, puede comer un primer plato de pasta o arroz, alternando con carne con legumbres y pescado. Los quesos también son buenos, pero en pequeñas cantidades, sobre todo si se tiene sobrepeso.
  3. No te olvides de la importancia de la fibra procedente de frutas y verduras.
  4. Hay que utilizar la sal con moderación y preferir el aceite de oliva y de semillas a la mantequilla y la nata.
  5. Los dulces, si el anciano no tiene diabetes, se pueden comer de vez en cuando y con moderación.
  6. El café tomado después de las comidas puede facilitar la digestión, pero debe evitarse si se padece insomnio.
  7. Es fundamental beber al menos un litro y medio de agua al día, ya sea pura o en forma de caldo, zumo, té o infusión.
  8. Hay que evitar consumir grandes cantidades de bebidas dulces y gaseosas, pero sobre todo bebidas alcohólicas. Se puede beber vino, pero en cantidades moderadas y solo durante las comidas.

Actividad física

Otro hábito muy importante que no podemos dejar de lado, especialmente a medida que envejecemos, es la actividad física. Practicarlo con regularidad es bueno tanto para el cuerpo como para la mente. Puedes elegir la actividad que prefieras, lo que importa es que te mantengas activo y en movimiento.

Vida social

Especialmente las personas mayores tienen que dedicar parte de su tiempo libre a su familia, por ejemplo, con los nietos, con los vecinos, etc. Cultivar el afecto y las relaciones con los demás y mantener vivos los intereses es fundamental para mantener una buena calidad de vida con el paso de los años.

Algunos consejos más: salud y prevención

Nunca es demasiado tarde para mejorar nuestro estilo de vida. Los beneficios para la salud dejando de fumar, aunque se haya fumado siempre, serán inmediatos. Lo mismo vale para la actividad física y la alimentación sana: ¡empieza aunque no lo hayas hecho nunca! En verano, evita salir a la calle en las horas más calurosas y limita la actividad física a las primeras horas de la mañana o al atardecer.

También es importante llevar ropa ligera y holgada de algodón o lino y un sombrero al salir, comer ligero y beber mucha agua aunque no se tenga sed, a menos que el médico le indique lo contrario.

El último consejo es cuidar la casa. Un hogar seguro puede reducir drásticamente el riesgo de caídas y otros accidentes:

  • No abarrotes los pasillos.
  • Lleva calzado cómodo y práctico, preferiblemente antideslizante.
  • Dispón de asideros en el cuarto de baño para agarrarse al lavarse.
  • Haz revisar periódicamente la caldera, los aparatos de gas, los sistemas eléctricos y similares.

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