Cansancio, somnolencia, fatiga, debilidad generalizada: todas ellas son manifestaciones que pueden ser síntomas de la astenia, un trastorno psicofísico particular que afecta principalmente a las personas mayores. Descubramos juntos cuáles son las causas de la astenia en los ancianos y qué remedios adoptar para que recuperen su bienestar.
Qué es la astenia en ancianos
La astenia es una sensación de cansancio intenso que provoca una disminución de la capacidad de trabajo y fatiga, incluso al realizar tareas que requieren poco esfuerzo.
Puede ser un síntoma de muchas enfermedades: infecciones crónicas, enfermedades endocrinas (por ejemplo, diabetes, enfermedad de Addison, hipotiroidismo), anemia, enfermedades neuromusculares, intoxicaciones, neoplasias. También puede ser una manifestación de trastornos psiquiátricos, por lo que suele ir acompañada de depresión, insomnio, palpitaciones y ansiedad.
Además, la astenia puede producirse durante ciertos estados fisiológicos naturales, como la convalecencia de una gripe, durante el embarazo, la menopausia o durante un cambio de estación. Precisamente por tratarse de un síntoma genérico e inespecífico, es difícil detectarlo con seguridad, sobre todo en el grupo de población de mayores de 70 años, en el que la fatiga, la debilidad y la falta de energía son afecciones muy frecuentes.
Por tanto, el estudio de las causas de la astenia en los ancianos resulta esencial para identificar subconjuntos de alto riesgo y nuevas áreas de tratamiento.
Apatía y fatiga en personas mayores
Muchas personas mayores sufren de apatía generalizada y no pueden expresar claramente lo que sienten, y esto no ayuda al médico a hacer un diagnóstico correcto. ¿Significa eso que padecen astenia? Depende.
Las personas mayores suelen quejarse de fatiga física y mental, incluso sin haber realizado ningún esfuerzo físico. En este caso se podría fácilmente pensar que se trate de un cansancio fisiológico, debido a la vejez, o que podría tratarse de una debilidad causada por dolencias más graves.
La somnolencia diurna también puede ser un signo de astenia. Se trata de un síntoma frecuente en los ancianos, que a menudo padecen insomnio o nicturia, es decir, la necesidad de levantarse por la noche para orinar. El mero hecho de no dormir lo suficiente puede provocar somnolencia y fatiga, y en consecuencia, afectar a todo el organismo.
Por lo tanto, es esencial vigilar la situación y evaluar cuidadosamente cualquier episodio de somnolencia repentina que pueda producirse durante el día o cualquier sensación particular de cansancio físico que no pueda relacionarse simplemente con la debilidad senil o que pueda remontarse a un esfuerzo intenso.
Cómo combatir el cansancio en las personas mayores
No existe una terapia específica ni remedios concretos para combatir el cansancio en las personas mayores. La astenia, como síntoma de una afección más compleja, debe tratarse indirectamente, es decir, tratando la enfermedad subyacente.
Pero, en general, llevar una vida sana, seguir una dieta equilibrada, beber abundantemente, descansar lo suficiente y hacer ejercicio son fundamentales para nuestro bienestar, y especialmente el de las personas mayores.
1) Dieta equilibrada
Una dieta variada y equilibrada es esencial para vivir bien y mantenerse en forma. Esto es cierto a cualquier edad, pero aún más en el caso de las personas mayores, que se mueven menos, gastan menos energía y están sujetas a una disminución de la tasa metabólica basal y de la masa muscular, por lo que corren más riesgo de padecer sobrepeso. Por eso es fundamental controlar su ingesta de calorías, evitando los alimentos demasiado ricos en azúcar y sal, y complementar la dieta diaria con frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, que también ayudan a mantener el intestino activo y a mantener a raya los problemas digestivos y el estreñimiento.
Entre las causas de la malnutrición en los ancianos se encuentran también los problemas dentales, que a menudo llevan a eliminar por completo de la dieta los alimentos difíciles de masticar. Por eso, para garantizar un aporte calórico y energético adecuado, hay que preferir los alimentos blandos, incluso homogeneizados si es necesario.
2) Beber mucha agua
Las personas mayores tienden a perder la sensación de sed y ya no sienten la necesidad de beber, con lo que corren el riesgo de deshidratarse, una de las principales causas de fatiga y pérdida de claridad mental. Por ello, es esencial mantener un buen nivel de hidratación bebiendo entre 1,5 y 2 litros de agua al día.
3) Descansar bien
La astenia y la somnolencia están estrechamente relacionadas. Como hemos visto, los trastornos del sueño son muy frecuentes en las personas mayores, por lo que es fundamental asegurar una buena calidad del descanso, para evitar que esto repercuta durante el día con fatiga crónica.
4) Actividad física regular
El ejercicio contribuye a mejorar la eficacia muscular del cuerpo, el corazón y los pulmones. Además, oxigena el organismo, ayuda a mantener alto el estado de ánimo y alivia las tensiones, tanto musculares como psicológicas.
La actividad física constante, aunque sea básica, es importante para combatir el sedentarismo y recuperar fuerzas. Dado que la movilidad de las personas mayores suele ser reducida, basta con un paseo diario o algún ejercicio suave para mantener los músculos activos y mantenerse en forma.