El cuidador informal: condiciones y alternativas

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Existen muchos tipos de cuidadores de personas mayores: dependiendo de las necesidades que tenga el anciano, de las posibilidades económicas y de las posibilidades, por tiempo y habilidades, de los familiares. Una opción que siempre ha tenido una incidencia elevada, por las facilidades y la accesibilidad, es la de tener un cuidador informal. Un cuidador que no es un profesional socio sanitario y que se ocupa de la persona mayor de forma circunstancial, por ser un conocido o un familiar. Por lo que se trata de una ayuda sin preparación específica, ni experiencia y, en muchos casos, de forma altruista.

“Un cuidador informal no es un profesional ni tiene preparación o experiencia. Es un cuidador circunstancial.”

Condiciones de los cuidadores informales

Las condiciones a las que tienen que hacer frente los cuidadores informales son muy precarias. La falta de un vínculo laboral, por escrito, supone que no hay regulación y su actividad no está sujeta a unos principios básicos de tiempo, tareas, salario, seguridad, etc. Esta situación supone, a la práctica, que la jornada “laboral” del cuidador informal, en muchas ocasiones la mujer, hijo u otro familiar, sobrepase lo límites establecidos por ley, ya que está atendiendo a la persona mayor de forma ininterrumpida durante todo el día. Sin descanso.

El estrés con el que tienen que lidiar, debido a esta situación, acompañado por la falta de experiencia y preparación, convierten este tipo de cuidados en una  tarea que puede desgastar, y mucho, al cuidador informal. Y no solo físicamente, también mentalmente, elementos que repercuten directamente en la calidad de la asistencia prestada y, por lo tanto, en el anciano.

¿Y por qué es la opción más recurrente?

La accesibilidad a unos servicios de calidad de cuidados de personas mayores, como ya sabemos, es muy complicado. El precio de los servicios y las condiciones provoca que, al final, lo más accesible y cómodo sea delegar esta función, la de cuidar a una persona mayor dependiente, a un conocido o familiar.

Sin contrato, sin exigencias ni condiciones, esta alternativa destaca por la “facilidad” de acceder a unos servicios a un precio económico. Pero, como no es oro todo lo que reluce, decantarse por un cuidador informal tiene su parte negativa, más allá de lo que ya se ha comentado. La falta de preparación y experiencia, influye directamente en la calidad de la asistencia recibida por el anciano. No solo eso, al no tratarse de una cuidadora de personas mayores profesional, muchas de las tareas y funciones que esta puede llevar a cabo, serán pasadas por alto o efectuadas sin la misma pericia.

¿Qué alternativas podemos encontrar?

Atendiendo a esta realidad, plantear algunas alternativas resulta muy conveniente para tratar de dar los mejores cuidados para ancianos dependientes. Una de las principales preocupaciones, es que la salud del cuidador informal puede verse muy maltrecha debido a la situación que tiene que lidiar, máxime, si se trata de una persona mayor también (mujer, hermano, etc.).  Ya que la precariedad con la que tiene que convivir el cuidador informal, con mucha carga de trabajo y estrés, supondrá, a la práctica, la pérdida de motivación y la eficacia de los cuidados y, también, un peligro para su propia salud (física y mental).

“Las condiciones a las que tienen que hacer frente los cuidadores informales son muy precarias: sin horarios, sin descanso.”

Por eso contar con un apoyo externo es muy importante. Una opción, es contratar a una cuidadora de personas mayores con experiencia y con vocación por los cuidados a ancianos. Este apoyo será fundamental para aligerar el trabajo que tienen que llevar a cabo los familiares y asegurarnos que nuestros mayores están en las mejores manos. Existen muchos servicios y modalidades que pude adaptarse a todas las necesidades y bolsillos, aportando respuestas personalizadas a cada familia.

Otra opción es regularizar la situación del cuidador informal, estableciendo un vínculo laboral válido, que estipule las condiciones del trabajo y marque elementos tan importantes como el horario y el descanso. De esta forma se garantiza un trabajo digno para los cuidadores, sean familiares o no. En Wayalia, empresa de asistencia domiciliaria, se ofrece un servicio de gestión externa que se encarga de estas funciones. Si ya tienes un cuidador informal, puedes acogerte a esta modalidad para que desde Wayalia gestionen la alta en la Seguridad Social, las nóminas y, además, estés cubierto ante todos los imprevistos. Ser una cuidadora de personas mayores es un trabajo muy duro, ofrecer las mejores condiciones es una obligación.

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