La percepción generalizada es que durante la vejez los impulsos y el deseo sexual disminuyen considerablemente. ¿Pero esto es realmente así? Encasillar la sexualidad a un franja determinada de edad, no hace sino ahondar en la estigmatización de la avanzada edad y limitar un segmento de la población adulta, que puede tener una vida igual o más activa. La sexualidad en personas mayores es un tema que muchos consideran tabú y que por ende conviene tratar en el siguiente artículo para superar todas las incógnitas y los estereotipos.
Sexualidad y personas mayores: una realidad incómoda
El rechazo a la sexualidad en la tercera edad es una constante en la sociedad actual. Esta concepción de la realidad de las personas mayores, los sigue empujando a la marginalidad, una discriminación constante por un simple motivo de la edad. Los prejuicios y falsos mitos existentes en torno al tema de la sexualidad no hacen sino que constatar el percepción generalmente negativa asociada a los ancianos y a la vejez. Sin duda, hablar de sexo y personas mayores sigue siendo algo extraño y desconocido, pero no por ello es inexistente. Algunos estudios sitúan que en España el 60% de los mayores de 65 años mantienen relaciones sexuales al menos una vez a la semana.
¿Pueden seguir manteniendo relaciones sexuales las personas mayores?
El envejecimiento no comporta el cese de la actividad sexual. Siempre que sea posible, y a pesar de las limitaciones propias de la edad, la sexualidad se puede vivir de forma muy diversa, e igualmente satisfactoria. Mantener una vida sexual plena, reportará beneficios en otros aspectos como en la salud y en el estado de ánimo. Factores imprescindibles para una vejez plena y en condiciones. Además, el aumento de la esperanza de vida, algunos cambios sociales y culturales, han favorecido a este aspecto.
¿Qué limitaciones pueden existir?
Ciertamente, existen ciertas limitaciones (tanto físicas como sintomáticas de otras enfermedades) que pueden dificultar una actividad sexual plena y satisfactoria en la población anciana. Y es que con la edad, se suceden algunos cambios fisiológicos que pueden entorpecer o hacer disminuir las ganas de mantener relaciones y condicionar la actividad sexual. Los problemas de movilidad, los dolores en las articulaciones, las enfermedades cardíacas, entre otras dolencias, pueden obstaculizar estas prácticas. Y además de algunas enfermedades o dolencias, también los medicamentos pueden suponer un impedimento para la sexualidad en personas mayores. Ya que algunos efectos secundarios pueden limitar la capacidad sexual de las personas y conllevar una disminución de la libido.
Pero a diferencia de lo que se cree, el apetito sexual no caduca con la edad. La sexualidad en personas mayores es algo que debe tratarse con normalidad y aceptarse tal y como es. Y es importante resaltar que el envejecimiento no afecta a todo el mundo por igual, por lo que adaptarse a las posibilidades de cada uno y aceptar las limitaciones que se tienen, es el primer paso para buscar alternativas que satisfagan las demandas de los ancianos, en busca de una vejez óptima.
Bienestar y vejez
Hablar de sexualidad entre la población anciana incide también en la necesidad de garantizar y poder alcanzar un envejecimiento digno con el mayor bienestar y calidad de vida posible. Desde Wayalia, empresa de asistencia a domicilio, creemos que ante el aumento de la dependencia, como consecuencia de las limitaciones físicas y cognitivas, la mejor alternativa para el bienestar de la tercera edad es contando con cuidadores de ancianos profesionales y con experiencia contrastada. Los cuidados a domicilio son una alternativa accesible para garantizar la mejor vejez con todas las garantías y las mejores condiciones. Un envejecimiento activo es fundamental para la salud, tanto física como mental.