Hipersomnia en ancianos: qué es, síntomas y tipos

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A medida que se envejece, se tiende a un sueño más ligero que en los años de juventud. Despertarse durante la noche por articulaciones doloridas o por la necesidad de ir al aseo se convierte en algo habitual. Muchas personas mayores compensan esta pérdida de sueño nocturna con algunas siestas restaurativas durante el día. Y esto es normal.

Dormir durante el día sólo se convierte en un problema cuando un anciano pasa más tiempo en la cama o en su sillón favorito en lugar de participar en otras actividades. En el caso de que este hecho sea preocupante es necesario descubrir las causas subyacentes sobre porque están durmiendo en exceso. En algunos casos, es necesaria la ayuda de un especialista médico para determinar la causa de la hipersomnia y recomendar tratamiento.

¿Qué es la hipersomnia en ancianos?

La hipersomnia en ancianos es una condición en la cual se siente excesivo sueño durante el día. Puede ocurrir incluso después de haber dormido las suficientes horas durante la noche.

La hipersomnia puede ser una condición primaria o secundaria. La hipersomnia secundaria se entiende por aquella que es consecuencia de otra condición médica. Las personas mayores con hipersomnia tienen dificultades manteniéndose activas durante el día porque sienten cansancio frecuente, lo cual afecta sus niveles de energía y concentración.

Los estudios sugieren que esta condición afecta más a hombres que mujeres.

Además, las personas que fuman o beben alcohol regularmente también tienen más riesgo de desarrollar hipersomnia. Algunos medicamentos que causan somnolencia pueden tener efectos secundarios similares a la hipersomnia.

Síntomas de hipersomnia en ancianos

El principal síntoma de la hipersomnia en ancianos es el cansancio constante. Las personas mayores con hipersomnia pueden hacer siestas durante el día sin aliviar la fatiga. También puede resultarles difícil despertarse tras largos periodos de sueño.

Otros síntomas de hipersomnia incluyen:

  • Baja energía
  • Irritabilidad
  • Ansiedad
  • Pérdida de apetito
  • Falta de concentración
  • Dificultad para recordar cosas
  • Fatiga

Tipos de hipersomnia

La hipersomnia puede ser primaria o secundaria.

La hipersomnia primaria es aquella que ocurre sin presentar ninguna otra condición médica. El único síntoma es cansancio excesivo.

La hipersomnia secundario es debida a otras patologías. Estas condiciones médicas pueden incluir apnea del sueño, Parkinson, insuficiencia renal y síndrome de fatiga crónica, entre otras. Estas patologías provocan un sueño ligero durante la noche, llevando a sentirse cansado y somnoliento durante el día.

La hipersomnia no es lo mismo que la narcolepsia, lo cual es una condición neurológica que causa un ataque de sueño repentino e incontrolable durante el día. Las personas con hypersomnia pueden mantenerse despiertas por si mismas, no obstante sienten una fatiga extrema.

Los tipos de hipersomnia que existen en ancianos son estos 3:

  • Hipersomnia idiopática con sueño reducido. Se produce cuando el sueño nocturno dura entre 6-10 horas. Asimismo, las personas mayores suelen tener dificultad para despertar de las siestas diarios o sueño nocturno.
  • Hipersomnia idiopática con sueño prolongado. Se produce cuando el sueño nocturno es de hasta 12-14 horas. Además, se suelen hacer siestas de larga duración (3-4 horas) y se tienen problemas para despertarse del sueño.
  • Hipersomnia recurrente. Es poco común, pues aparece entre 1 y 10 veces al año, principalmente en hombres adultos.

Causas de la hipersomnia

Se cree que las causas de la hipersomnia primaria son interferencias en el sistema cerebral que controla las funciones del sueño y mantenerse despierto.

Por otro lado, la hipersomnia secundaria es el resultado de otras patologías que causan fatiga o sueño insuficiente. Por ejemplo, la apnea del sueño puede causar hipersomnia debido a los problemas respiratorios que provoca, forzando a la persona a despertarse en múltiples ocasiones durante la noche.

Alguna medicación puede causar hipersomnia en ancianos. El uso frecuente de medicamentos puede alterar el sueño durante el día. Otras posibles causas son el hipotiroidismo y lesiones craneoencefálicas.

Además, el sueño excesivo durante el día puede significar una actividad cerebral menor, lo cual puede significar el inicio de un declive en sus capacidades cognitivas.

Diagnóstico y tratamiento de la hipersomnia

Para diagnosticar la hipersomnia, un doctor estudiará los síntomas y el historial médico. Además de complementarlo con un examen físico para determinar el estado de alerta del paciente.

Los doctores utilizan diversos exámenes para diagnosticar la hipersomnia. Los más utilizados es registrar un diario del sueño, realizar múltiples exámenes de latencia del sueño, polisomnograma, etc para monitorizar los patrones del sueño diarios y nocturnos en diferentes niveles.El tratamiento de esta condición en personas mayores sueñe variar, dependiendo de la causa que esté provocando la hipersomnia.

Algunos medicamentos destinados a tratar la narcolepsia pueden tratar la hipersomnia. Se trata de estimulantes que pueden ayudar a sentirse más despiertos.

Los cambios en el estilo de vida son una parte importante en el proceso de tratamiento. Un doctor puede recomendar tener un horario regular de sueño, por ejemplo. Evitar algunas actividades puede mejorar los síntomas, especialmente cuando se acerca la hora de irse a dormir. También es importante mantener una alimentación nutricionalmente complete para mantener los niveles de energía elevados de manera natural.

Algunas personas mayores suelen experimentar mejoras en sus síntomas con los cambios adecuados en su estilo de vida. Algunos medicamentos también pueden ayudar con esta patología. No obstante, en algunos casos no se llega a observar una mejoría. Pese a que no se trata de una condición que amenace la vida de la persona, sí que puede influir en su calidad de vida.

La importancia de mantenerse activos en la tercera edad

Además de controlar la salud y medicación de nuestros mayores, también es importante animarlos a estar activos todo lo que puedan. Ofrecerles un gran número de oportunidades de interacción social, estimulación cognitiva y actividad física ayuda a mejorar su calidad de vida. No obstante, para muchas familias, añadir todas esas actividades en sus horarios personales resulta casi imposible. Buscar la ayuda de un cuidador a domicilio es a menudo la mejor solución para muchas familias.

Una cuidadora a domicilio tanto durante unas horas como interna puede ayudar a establecer rutinas diarias, favorecer la participación de las personas mayores en actividades y salidas, además de favorecer la socialización con otras personas mayores. Cuando las personas mayores pasan más tiempo entretenidos y activos durante el día, se reduce el aburrimiento y se minimizan los síntomas de depresión que a menudo afectan a la calidad del sueño.

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